No hablamos de inclusión pedagógica sino de una verdadera inclusión social, de encontrar un lugar para poder ser, ser también implica el reconocimiento social y el lugar para desarrollarse. Esta reflexión proviene de mi encuentro con la artista Shoko Kanazawa:
Su madre inicialmente vio la caligrafía como un medio para integrar a su hija con discapacidad en la sociedad. Pero Shōko pronto desarrolló su talento excepcional que, junto con su capacidad única para concentrar y su fuerza de voluntad, ayudó a crear un fenómeno que sorprendió a los círculos artísticos y círculos espirituales japonés. Su expresión artística no es sólo espontánea; su espontaneidad es coronada con un excelente dominio de la técnica y estilos de caligrafía clásica. "Cuando Shōko empieza a escribir, todo lo demás deja de existir." http://www.shoko.cz/en/?node=home
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