jueves, 26 de noviembre de 2015

El aprendizaje por Proyecto

Los jesuitas revolucionan el aula

Trabajo por proyectos, flexibilidad y aprendizaje autónomo en vez de exámenes, libros y clases magistrales. Tres colegios de la orden inician un cambio radical


Aunque se hayan visitado antes colegios alternativos, lo llamativo del Claver es que está mutando. Pasillo con pasillo, se puede ver un cole de toda la vida y uno distinto. En el lado gris hay pupitres (el del maestro, al frente), pizarras y puertas con ventanucos que permanecen cerradas. Niños en silencio que miran al frente. Las aulas de los pasillos amarillos, sin embargo, son transparentes, con enormes ventanales y las puertas siempre abiertas. Hay gradas y las mesas tienen ruedas para poder agruparse. Los niños hablan y se mueven con libertad. Bajo enormes lámparas tubulares hay zonas comunes con sofás, pufs, o un jardín vertical que están construyendo ellos mismos. En el aula de los pequeños hay un anfiteatro pistacho que en uno de sus extremos se convierte en tobogán.
 Aunque hay clases específicas —de matemáticas o alemán—, el grueso del día fluye sin una pauta marcada por lecciones y los chavales se organizan a su propio ritmo. El ambiente bulle, sí, pero hay una evidente concentración. Los niños no deambulan, se mueven con  propósito. Se les ve motivados, y a sus profesores también. Nadie parece aburrirse.

Palabras tomadas de  Raimat (Lleida) 29 MAR 2015 - 00:00 CET Diario El País, Madrid España. 

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